La Agencia Española de Protección de Datos abre una investigación de oficio a Mercadona por el sistema de reconocimiento facial de condenados por robo.

Mercadona anunció la semana pasada la instalación en sus tiendas de Valencia, Zaragoza y Mallorca de un sistema tecnológico especializado en reconocimiento facial. Esta tecnología será usada por la cadena de supermercados, en principio, para detectar a personas con sentencia firme y medida cautelar de orden de alejamiento de sus establecimientos empelados dictada por un juzgado.

El sistema de reconocimiento contrasta los rostros de los clientes con los de una base de datos de la cadena de supermercados. Según explica la compañía, el escaneo se producía en menos de 1 segundo y cotejaba la información, y tras este escaneo, se procedía a la eliminación de las imágenes. Sin embargo, aunque se eliminen las fotografías tras el escaneo, se lleva a cabo un tratamiento no autorizado de esa información, cuyos datos tratados entrarían dentro de la categoría de datos biométricos.

Si alguno de los rostros coincide con el de personas condenadas por robo o prohibición de acceder al establecimiento se comunica a las autoridades para que intervengan.

La firma aseguraba que se había adoptado esta medida «siempre en constante contacto con las autoridades correspondientes para garantizar la total protección y todas sus garantías legales».

En definitiva, desde Mercadona insisten en que se trata de un sistema de detección anticipada que contribuye, exclusivamente, al cumplimiento de las sentencias firmes y medidas cautelares en vigor, que tengan una orden de alejamiento del establecimiento o contra cualquiera de sus trabajadoras o trabajadores.

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