El gigante tecnológico podría dejar de prestar servicios en Europa si finalmente se hace efectiva la prohibición sobre la transferencia de datos personales de usuarios europeos hacia Estados Unidos.

En julio, el Tribunal de Justicia de la UE invalidó el acuerdo Europa-EEUU, conocido como Privacy Shield, que permitía la transferencia de datos personales fuera del bloque comunitario. La Unión Europea manifestó sus preocupaciones sobre privacidad pues los datos transferidos «no se limitan a lo estrictamente necesario» cuando se trata de exponer a los ciudadanos europeos a la vigilancia de EEUU.

Este mes, la Comisión de Protección de Datos de Irlanda (DPC), instó a Facebook a dejar de transferir datos desde el bloque comunitario hacia Estados Unidos. Decisión que ha sido recurrida, y por la que se ha concedido una suspensión hasta resolverse la dispuesta legal entre la empresa y el regulador.

El fallo es un varapalo para redes sociales como Facebook, pero también lo es para cientos de miles de empresas como gigantes industriales o fabricantes de automóviles, que utilizan estas cláusulas para transferir datos de clientes europeos a todo tipo de servicios que van desde infraestructura en la nube, alojamiento de datos, banca o marketing.

«En caso de que Facebook estuviera sujeta a una suspensión completa de los datos de los usuarios hacia Estados Unidos, como parece ser la propuesta de la DPC, no está claro cómo Facebook, en estas circunstancias, podría seguir proporcionando los servicios de Facebook e Instagram en la Unión Europea», ha explicado la máxima responsable en protección de datos y privacidad de la empresa en Europa.

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